TRADICIONES LENGUA   José Luis Puerto recopila los dichos populares de León, Zamora y Salamanca

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‘Dictados tópicos en el dominio leonés. Volumen I-León (Geografía poética)’, que ha sido editado por la Cátedra de Estudios Leoneses (CELe) de la Universidad de León (ULe)
León. El poeta, profesor y etnógrafo José Luis Puerto se ha embarcado en la recopilación de las coplas y dichos populares -académicamente definidos como dictados tópicos- del dominio leonés, que alcanza a las provincias de León, Zamora y Salamanca, y lo ha hecho, según ha explicado a Efe, por su convencimiento de que conocer las tradiciones orales «es un modo de amor a las comunidades» de las que se forma parte.

De este ambicioso proyecto ya ha salido de la imprenta el primero de los tres libros proyectados, titulado ‘Dictados tópicos en el dominio leonés. Volumen I-León (Geografía poética)’, que ha sido editado por la Cátedra de Estudios Leoneses (CELe) de la Universidad de León (ULe) y está previsto que a partir de septiembre vea la luz el dedicado a Salamanca y en 2024 el que cierra la trilogía.

«Estos tres volúmenes recogen palabras, expresiones, pequeñas canciones, poemillas, en definitiva lo que definimos como dictados tópicos, que a mi me gusta llamar coplas geográficas o geografía poética, que nos trasladan al escucharlas a una parte de nuestra vida que creíamos olvidada, en la mayoría de los caso por el cambio de una infancia rural a una juventud y madurez en el ámbito urbano», explica Puerto (La Alberca, Salamanca, 1953), premio Castilla y León de las Letras en 2018.

ESTAR EN BABÍA, UN DICHO CON ORIGEN EN LEÓN QUE SE ESCUCHA EN TODA ESPAÑA

Los dictados tópicos recopilados en el libro dedicado a León suman 1.725, son de todo tipo y pasan por ensalzar lo más meritorio de algunas localidades a reflejar la rivalidad entre pueblos colindantes, y aluden a poblaciones, ríos, montañas y todo tipo de lugares, como también se hacen eco de transgresiones morales.

«Estar en Babia» (por estar despistado) o «cazurro» (apelativo para referirse a los leoneses) son dos de los dictados tópicos que recoge el volumen dedicado a León y que han superado incluso los límites de la provincia y se escuchan en toda España, aunque lo que más abundan son las rimas: «Dicen los de Llamera que la torta pan era», «Dicen los de Lugán que la torta no es pan».

También se incluyen coplas como «Bercianos llevó las campanas/Villarril los santos/y Santa María como tonto/se llevó el campo» o «A la entrada de León/hay una hermosa laguna/sonde bañan las guapas/porque fea no hay ninguna».

Puerto ha precisado que ya aparecen dictados tópicos en los cantares y en muchas ocasiones las rimas tienen que ver con los juegos infantiles y con expresiones de los niños como por ejemplo «el que fue a Mansilla perdió la silla y el que fue a León perdió el sentón», una versión más antigua que más conocida «el que fue a Sevilla perdió su silla…» que se utiliza cuando una persona se aleja de un lugar y durante su ausencia pierde los privilegios que tenía antes.

LA MAYORÍA DE DICHOS O COPLAS HACEN REFERENCIA A LUGARES

También hay dictados tópicos que evocan lugares y añaden alguna característica, de los que son ejemplo «En Busdongo los fardeleros», «En Clampongo los javotos», «En Villanueva los besugos», «En Caldas los bardines», «En Aralla los escoberos», «En Cera las moscas», «En Cifuentes los valientes», «En Nava los caballeros», o «En San Bartolomé de Rueda los majos de los sombreros».

En general los dictados tópicos en verso suele ser elogios hacia una lugar o una persona y cuando de lo que se trata es de lo contrario pasan a llamarse dicterios, como este de Cubillas de Rueda: «A la entrada de Cubillas lo primero que se ve son las ventanas abiertas y las camas sin hacer».

El autor evoca las palabras de Gabriel García Márquez cuando afirmó que escribía simplemente para que sus amigos le quisieran mucho y para que los que le querían mucho le quisieran más, y apunta de su propia cosecha: «Vivimos para querer y para que nos quieran, y la tarea del conocimiento de la tradición oral es un modo de amor a las comunidades a las que pertenecemos y de las que formamos parte».

De su trabajo para la elaboración de esta obra, Puerto ha valorado la posibilidad que le ha ofrecido de conocer una tipología de seres humanos que ya están desapareciendo, y ha precisado que su objetivo con este trabajo es reunir todo este material, «de gran riqueza etnográfica», para que permanezca y no se pierda.

LOS PRIMEROS DICTADOS TÓPICOS CONOCIDOS DATAN DEL RENACIMIENTO

«Tenemos dictados tópicos desde el Renacimiento y los humanista Gonzalo Correas y Hernán Núñez ya hicieron acopio de muchos de ellos en el siglo XVI, y un segundo momento de recopilación fue de la mano de los primeros folcloristas en el siglo XIX, uno de los ellos el padre de los hermanos Machado», ha explicado.

En su caso, el interés por la tradición oral surgió a principios de la década de los años ochenta, cuando empezó a recoger material que le ha servido parra la elaboración de esta trilogía, cuya metodología ha sido una combinación de trabajo de campo y trabajo bibliográfico.

Con este trabajo, Puerto ha aparcado durante un tiempo su labor poética aunque ya anuncia un nuevo título que llegará a las librerías en mayo: «Ritual de la inocencia», que representa su regreso al panorama poético desde que en 2017 entregó a la imprenta «La protección de lo invisible».

Entre uno y otro, el autor publico al año pasado «Fulgor de madre», un emotivo «cuaderno poético» en el que rinde un «sentido homenaje» a su madre, fallecida en diciembre de 2020 a los 93 años «de puro acabamiento», y a la que define como «una mujer luminosa que siempre vivió en La Alberca y tenía plenamente asimilada la cultura campesina y se convirtió con el paso de los años en guardiana de la tradición del pueblo».

Poeta, ensayista y etnógrafo, Puerto se jubiló como catedrático de Lengua y Literatura de instituto después de impartir la docencia en Sevilla, Segovia y León, ciudad en la que reside en la actualidad.

Es autor de diez libros de poemas: «El tiempo que nos teje» (1982), «Un jardín al olvido» (1987, accésit del premio «Adonáis»), «Paisaje de invierno» (1993, premio «Ciudad de Segovia»), «Estelas» (1995), «Señales» (1997, premio «Gil de Biedma»), «Las sílabas del mundo» (1999), «De la intemperie» (2004), «Proteger las moradas» (2008), «Trazar la salvaguarda» (2012) y «La protección de lo invisible (2017). EFE

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