El viaje de Tina: Una lechuza campestre marcada con un emisor GPS en Valladolid atraviesa Ucranía hasta Rusia en ruta mogratoria

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Palencia. Una lechuza campestre marcada con un emisor GPS en Valladolid ha atravesado Ucrania durante su viaje migratorio hacia Rusia en el que durante 28 días y más 4.400 kilómetros ha atravesado ocho países y ha sobrevolado Kiev.

Los datos se han recogido en el marco del trabajo de marcaje de esta especie dentro del proyecto de investigación “BOOMRAT” que estudia la ecología de las especies de fauna implicadas en la circulación de la tularemia, una enfermedad zoonótica con incidencia regular en el noroeste de España, según ha informado Fernando Jubete de la Asociación de Naturalistas Palentinos en un comunicado recogido por Efe.

El viaje de Tina, la lechuza campestre dotada con un pequeño emisor satélite de menos de 10 gramos de peso, comenzó en la pequeña localidad de Gatón de Campos (Valladolid) el pasado 7 de marzo a las 19:00 UTC, y la primera etapa de su migración finalizó a las 6:00 horas del día siguiente en la Bretaña francesa, un viaje de 780 kilómetros que supuso volar sobre el mar durante 370 kilómetros para atravesar el Golfo de Vizcaya.

El día 10 de marzo el ave se encontraba ya en Holanda, momento en el que el rumbo de la migración giraba hacia el este.

El día 21, Tina dormía en la frontera polaca con Ucrania, adentrándose en el país inmerso en un conflicto bélico al día siguiente, para sobrevolar la ciudad de Kiev de oeste a este en la noche del 23 y abandonar el país ucraniano el día 24.

Durante los días 26 de marzo al 2 de abril, el ave se asienta en territorio ruso, en la región de Oriol, retomando su migración el día 3, encontrándose en la actualidad a menos de 200 kilómetros del río Volga y a 400 kilómetros de la frontera con Kazajistán.

Estos trabajos de investigación se enmarcan en el proyecto de investigación sobre Fluctuaciones poblacionales de roedores silvestres y salud pública: ecología y dinámica de enfermedades zoonóticas bacterianas en el noroeste de España” (BOOMRAT), financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación del Gobierno de España y co-liderado por la Escuela Técnica Superior de Ingenierías Agrarias de la Universidad de Valladolid y el Instituto de Investigaciones en Recursos Cinegéticos (IREC-CSIC).

En este proyecto participan investigadores de otros centros como las Universidades de Córdoba, de Castilla-La Mancha, Complutense de Madrid y de Aberdeen (Reino Unido), e Institutos como el Instituto de Salud Carlos III y el Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria.

Durante el periodo 2019-22 se han marcado varias lechuzas campestres para conocer su ecología reproductora y movimientos migratorios, con el fin de evaluar el papel que estas rapaces nocturnas pueden estar desempeñando en el ciclo ecológico de la tularemia.

Los estudios llevados a cabo en el marco del proyecto están sirviendo para predecir la presencia y abundancia relativa de roedores en las zonas donde inverna o se reproduce.

Además, el viaje llevado a cabo por esta lechuza campestre pone de manifiesto las complejas interrelaciones ecológicas que existen entre las especies vertebradas, invertebradas y otros organismos como bacterias o virus.

La lechuza campestre, al igual que otras muchas especies de aves, pueden estar contribuyendo a interconectar microorganismos y poblaciones cíclicas de roedores a gran escala, aspectos que pueden resultar claves de conocer, entender e interpretar correctamente para poder aportar soluciones que contribuyan a mitigar las enfermedades zoonóticas. REVISTA LA COMARCA / EFE

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