EL GRAN CAZADOR

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Los cazadores, los de cartucho y los de cámara, tienen algo en común: Aman lo silvestre, estar en la naturaleza.

Cuando se sueltan hablan con pasión de sus vivencias, pero los de mirilla fotográfica, los armados con sus teleobjetivos y atuendos de camuflaje, viven una conexión tendente a metafísica, a sobrenatural.

Dicen que es el «zen de la fotografía». Al integrarte en la naturaleza llegas a ser parte de ella abriendo tus sentidos a toda una gama de sensaciones que te llevan a una introspección auténtica y genuina. Un cazador fotográfico es, como dirían en valles profundos de León ¡Un disfrutón! De disfrutar. FOTOS: ÁNGEL MORENO

Y SU CAZA FOTOGRÁFICA


AMANECE EN ‘LA MARCA’

 

 

 

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